La historia nos la contó la señora: Ligia Roldan de Mejía, su historia se desarrolló hace aproximadamente 45 años en el municipio de Carolina del Príncipe; era en ese entonces la alcaldesa del pueblo Irene Morales Ospina, la primera mujer alcaldesa de Carolina del Príncipe, Antioquia; siendo el secretario de educación el doctor Juan Núñez Lapeira.
Los cuales fundaron una escuela, en la Granja, parte alta de Carolina del Príncipe; con el propósito de reeducación de menores, cuya función era albergar a los menores con problemas de disparidad de conductas, problemas familiares, hijos de familias con roturas emocionales. La mayoría de los niños que llegaron a esa escuela fueron de Medellín, dos o tres de acá mismo del municipio. La escuela contaba con dos profesoras, una ecónoma (señora encargada de la lista de los alimentos), dos trabajadoras en la cocina, un hortelano (agricultor) y un celador.
El hortelano estaba encargado de enseñarles a los niños el arte de cultivar la tierra, los cuales tenían una huerta casera en la cual se cultivaban principalmente: zanahoria, habichuela fríjol y toda clase de legumbres.
Los días viernes eran dedicados al campo o a la agricultura.
Los lunes, martes, miércoles y jueves eran dedicados a la formación académica.
La mayor parte de los alumnos cruzaban primero, segundo y tercero de primaria.
El primer director de la escuela fue el señor: Rubén Darío Mejía nombrado por el departamento de Antioquia.
La señora Ligia Roldán nos cuenta que ella era profesora y secretaria al mismo tiempo; la escuela se inauguró con 30 niños todos venidos de Medellín con una pequeña excepción de 2 o 3 niños del municipio.
Luego de dos o tres años el personal fue aumentando y llegaron a tener hasta 60 niños; por lo cual fue necesario nombrar nuevos educadores, la escuela funcionaban muy bien, los niños gozaban de libertad condicional.En esta institución los niños que entraban tenían problemas de drogadicción o habían delinquido; cuyas edades oscilaban entre los 11 y 16 años.
Todos los domingos recibían a sus familiares los que realizaban recorridos al pueblo, los cuales colaboraron con la sociedad turística que visitaba cada 8 días el pueblo; ellos llegaban a la escuela, algunos le traían el almuerzo a sus hijos, otros salían a los restaurantes de la localidad a almorzar con sus hijos.
Los niños tenían clase de zapatería, ya que en esa época era carolina un emporio de riqueza comercial (zapatería), en casi todos los hogares se hacían zapatos.
Los niños que estudiaban en esa escuela de reeducación se les empezó a enseñar zapatería, cuyas clases les entusiasmaban mucho porque por medio de ellas desarrollaban un oficio u profesión.
La escuela tuvo una duración de 6 años con mucho éxito; los niños salían con cambios de conducta extraordinaria y con un respeto por la sociedad los cuales quedaban reeducados.
Ella nos comenta con mucha tristeza que se dio por terminada la escuela por medio de un decreto del departamento de Antioquia, el cual no quiso continuar sosteniéndola.
El municipio no tenía cómo sostener la escuela y los padres de aquellos niños no pagaban sus estudios por el motivo de que era gratuito, en consecuencia la institución fue cerrada.
Continuando con su relato, doña Ligia nos narra una fascinante historia de la pequeña granja; había una estatua de una cabeza de semoviente el cual respondía al nombre de resorte. Contaban los abuelos que perteneció a un sacerdote de apellido Yepes.
Alrededor del monumento del caballo, los niños construyeron un jardín en el cual ellos disfrutaban mucho de dicho despacio, en aquel monumento hay una placa en la cual hay un escrito que dice. “aquí yace el mejor caballo del mundo”.
Narrada por: Ligia Roldan de Mejía
Recopilo: Mariana, Ricardo y Juan A
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