DE REGRESO A MI PEQUEÑO PARAÍSO.


Una tarde a eso de las 3:00 pm, nos entró una gran curiosidad de conocer más sobre la historia de la juventud de una mujer emprendedora que nació y ha vivido una muy buena parte de su vida en el municipio.

Llegamos y ella nos recibió con mucho acogimiento, y con una gran sonrisa en su rostro nos invitó a entrar y tomamos asiento en el comedor de su acogedor hogar.

Ella nos relata que nació en el municipio y que es orgullosamente carolinita nos dio a conocer que a lo largo de su infancia su familia tuvo que trasladarse a otro lugar, cuando su familia decide regresar al municipio nos relata que ya muchas cosas habían cambiado, ya existía la represa que había formado empresa públicas, y que nunca conoció el caserío que había antes de la represa, también nos relata que nunca conoció la escuela que también se ubicaba junto con el caserío que se encontraba en la zona del llano.

Cuando recién mi familia y yo llegamos el pueblo era una maravilla, aunque supongo que mi infancia contribuyó a que me pareciera maravilloso y muy próspero; en aquel entonces la industria del pueblo era la zapatería, la talabartería y la feria era la mejor de norte antioqueño, los zapatos fabricados eran de tan buena calidad que era exportados.

Era un pueblo que tenía personas de mucho poder monetario, se manejaba muy bien la economía en tema de ingresos y egresos, y todo esto al pasar de los años se fue acabando de manera muy notoria. 
En mi infancia y juventud, hubo muchos reinados de los cuales en uno de ellos fui participe, gané solamente que no fue posible trasladarse al municipio de Yarumal para participar allá de su reinado como ganadora acá, de igual manera también presencié muchos festivales que se presentaron dentro del municipio.
La gente era muy alegre, en aquel entonces la misas católicas que ofrecía el padre eran realizadas desde el púlpito, recuerdo también que la iglesia era hermosa, en mis recuerdos está la celebración de las fiestas patronales que eran muy hermosas, a todas las fiestas se asistieran muchas personas, lo cual redundaba en beneficio del comercio, y todo se moviera mucho en el pueblo.

La problemática más notable para mí a lo largo de mi estadía, es que se haya presentado en el municipio que las personas que habitaban el municipio y de más poder monetario empezaron a trasladarse a las ciudades y fijar sus ojos en las transformaciones de estas y con esto a concentrarse en el desarrollo intelectual de sus hijos; gracias a esto el pueblo empezó a quedarse relativamente solo, siendo esta una de las razones se genera escasez de empleo y la industria de la zapatería, y la talabartería casi se desapareció del pueblo, cayendo el pueblo en un abandono progresivo.

Muchos de los gobernantes del pueblo no eran oriundos del municipio lo que incidió en el un decaimiento del pueblo tocando un factor importante como era el comercio, pues quien asumía el poder desconocia  la dinámica comercial solo conocían parte de las historias que le contaban pudiendo aportar poco o nada a la mejora del municipio.

Me pareció maravilloso el recibimiento de las personas al llegar mi familia y yo  de regreso al municipio ya que yo nací aquí y me siento orgullosa de ser carolinita; este es “mi pequeño paraíso”, me parece muy agradable el vivir y hacer parte de la comunidad carolinita.

También entra en mis recuerdos aquellos juegos de calle, de los cuales ahora se ven muy poco, entre los pocos que recuerdo están “esconde correa, escondidijo, entre otros”; también llega a mi recuerdo que en los festivales habían unas varas de premio las cuales eran demasiado altas y era todo un reto lograr la cúspide.
Pienso que mi juventud  fue una de mis mejores experiencias de vida ya que supe aprovechar cada momento como si hubiera sido el último donde la pase muy rico.

Algo que me gustaría cambiar es el poder hacer algo para que los gobernantes hubieran hecho más por el municipio y nunca se hubieran dejado llevar por la codicia, la avaricia y la ambición.
Por último, con una cara de agradecimiento y profundo sentimiento por haber recordados viejos tiempos de aquella bella juventud, en un lugar tan hermoso, nos despedimos y le dimos gracias por habernos compartido una parte de su historia de vida. 

Narró: AMPARO…
Recolectó: Vallery, Isabela, Elizabeth.




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