En 1943 cuando yo tenía 7 años, yo vivía con mis padres y mis hermanos que en ese tiempo éramos 4: -Magdalena Vásquez Palacio, León Darío Vásquez Palacio, Rafael Emilio Vásquez Palacio Rafael Alfonso Vásquez Palacio; unos años después nacieron otros 4 hermanos.
En ese tiempo yo vivía en una de las casas del llano, al frente de la escuela de los niños llamada Uribe Arango un día cualquiera estaba yo jugando con mis amigos, un juego que lo llamamos bolas de cristal, en medio del juego un amigo nos dijo: vamos a conocer el cementerio de las personas de clase alta ubicado en el llano, llegamos a este lugar llenos de cruces, en ese momento estaban en un entierro y me toco ver como sepultaban el cuerpo de un difunto en la tierra porque en ese tiempo no existía lo que hoy llamamos bóvedas, recorrimos todo el cementerio observando con un poco de miedo todo el lugar.
Cuando salimos del cementerio y regresamos rápido a nuestros hogares y continuamos jugando lo que tanto nos gustaba que eran las bolas de cristal, cuando anocheció antes de que cada uno se fuera para su casa prometimos que no contaríamos que estuvimos en el cementerio porque nuestros padres no nos permitían salir sin permiso de nuestra casa y menos al cementerio.
También en ese tiempo existía otro cementerio que era para las personas de clase baja, a los pocos días que nos enteramos que este cementerio existía nos dio la curiosidad de ir a conocerlo sin que nuestros padres se dieran cuenta, fuimos a conocer este otro cementerio que estaba ubicado en Guanteros que ahora la conocemos como la Calle Arriba; entramos y dimos una vuelta a este cementerio esta vez sí nos dio más miedo porque la comunidad decía que allí se sentía ruidos extraños tanto en el día como en la noche, sentimos algo extraño cuando íbamos por la mitad del cementerio y salimos huyendo de este lugar.
Con el pasar de los años el párroco del municipio de Carolina del Príncipe llamado Presbítero Julio Tamayo fue a visitar a Roma con el propósito de un encuentro religioso; el párroco le gusto el modelo del cementerio de Roma, y aprovecho que en ese tiempo estaba en proyecto construir un nuevo cementerio porque tanto en los dos cementerios ya no quedaba espacio para sepultar a los difuntos, entonces el párroco decidió tomarle unas fotos a esta construcción ubicada en Roma en este tiempo las fotos eran a blanco y negro.
Aproximadamente en el año 1952 empezó la construcción de este nuevo cementerio, yo en esa época tenía 15 años, un día cualquiera me buscaron para que fuera a trabajar a esta construcción, y yo acepte por que necesitaba dinero, a mí me tocó destruir parte del cementerio Guanteros, saque algunos adobes que estaban en buen estado para llevarlos a la nueva construcción del nuevo cementerio; por cada adobe que sacara en buen estado me pagaban 5 centavos, también participe en la construcción de algunas columnas, y de algunas planchas con mis compañeros: -Don Francisco Munera, Don Ramón Barrientos, Don Evelio Vásquez, el maestro de obra era el señor Francisco Munera, nuestro trabajo no era diario solo nos buscaban cuando necesitaban de nuestro trabajo, la obra tardó en su construcción alrededor de unos 4 años.
Narró: Rafael Alfonso Vásquez Palacio.
Recopilaron: Angélica, Brayan.
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