Hace unos años, aproximadamente noventa, estaba pequeñita una niña pobre, descalza y con hambre; que lo que más le encantaba era ir hacia su escuela, pero lo que no sabían sus padres era que no llegaba puntualmente al colegio para estudiar como todos los padres piensan. Esa pequeña traviesa llamada María Arsenia Gómez Mira, en vez de dirigirse a su colegio se quedaba en el camino con unos cuantos de sus amigos, preguntando a un personaje conocido de Carolina Del Príncipe llamado CACHOGA historias y trovas.
Al ver ese viejecito en una barranca sentado con una bestiecita muy flaca y fea, todos los begueños se hacían cascar de la profesora por preguntarle a ese “cachoguita” historias y trovas llevándole comida, sobraditos y frutas para que cachoga comiera y les platicara de su mula y su novia llamadas las dos “Cachumba” nombres dados por él.
Al llegar atrasados al colegio Maria y sus amigos ya sabiendo el castigo que los esperaba por haber llegado a clases tarde; la profesora les reprendía con varas de palmera dejándolos adoloridos y sin ganas de copiar ni aprender nada. María Arsenia, luego de haber recibido esos golpes fuertes dados por la maestra se encontró con una muchachita que también era así o más traviesa que ella, al verle a la cara se dio cuenta que ya la habían castigado por quedarse con esos llamados “Bagueños” hablando y escuchando al viejecito de Cachoga.
Sin importarle que le pegaran y castigaran a María Arsenia, seguía visitando con los Bagueños al famoso Cachoga, pidiéndole a este más de sus cuentos, historias y trovas; Cachoga sin duda alguna le trovaba a María Arsenia versos de cómo se iba a encontrar con su noviecita en su mula y compañera fiel recibiendo a cambio sobraditos y frutas que sin duda eran un manjar en aquella época.
Para seguir frecuentando al viejecito de Cachoga con sus historias y trovas hacia un ritual que le enseñó este personaje para que no le doliera los castigos “untarse cebolleta en las manos” para que a la hora que le castogasen en las manos o piernas se quebrara la vara o algo ocurriese, ritual que sin falta Maria Arsenia realizaba sin demora y con mucha fe que hacía que todo lo dicho funcionara, de esta manera se libraba Maria de moretones y fuertes dolores y era un motivante para serguir yendo a ver al viejecito CACHOGA.
Narró: María Arsenia Gómez Mira
Recolectó: Jacobo, Cristóbal y Juan.
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